Tres tramos con mística

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Curvas de ángulos imposibles, saltos de vértigo, rampas ascendentes o descendentes y cunetas repletas de aficionados. El dibujo fija con claridad la épica de tres trazados históricos del Rally Islas Canarias-El Corte Inglés: Cueva Grande, la Era del Cardón y el Karting.

MARTÍN ALONSO LAS PALMAS DE GRAN CANARIA En la Era del Cardón, una vez, crucé la meta en marcha atrás porque se me había roto la caja de cambios. Tras 37 años de carrera podría contar muchas anécdotas de muchos tramos, pero, por longitud y por condiciones, la Era del Cardón es especial. Y en esta edición, por las cualidades del BMW M3 que pilotaré, es el que más me gusta por las posibilidades que ofrece el coche". El análisis, desde Madrid y a dos días de volver a competir en el Rally Islas Canarias-El Corte Inglés, lo realiza uno de los grandes del automovilismo canario: José María Ponce.

Con 24,57 kilómetros de recorrido, desde la salida en Los Corralillos hasta la meta situada antes del cruce de Temisa, la etapa de la Era del Cardón aparece subrayada en el rutómetro de todos participantes en la próxima edición de la prueba. "La primera parte del tramo es muy rápida, con mucho agarre, con un trazado muy técnico. Y el final, con el asfalto nuevo, es rapidísimo", advierte Yeray Lemes, uno de los pilotos canarios con más proyección.

No duda José María Ponce en señalar que el tramo de la Era del Cardón "es el más completo" del Rally Islas Canarias-El Corte Inglés. "Para mí", prosigue, "se puede dividir en tres partes. En la primera, archiconocida, si cuentas con buenas notas y conoces bien el trazado, puedes sacar mucha ventaja a tus rivales. El segundo sector es más lento y más selectivo, antes de encarar la parte final, la tercera camino de Temisa, en la que el coche va en cuarta, quinta y hasta sexta marcha. Ahí, la potencia de los coches es decisiva. La velocidad punta y el apoyo de los vehículos marca la diferencia".

Unos kilómetros al sur, la prueba regresa al Karting (Aeroclub). Tanto Yeray Lemes como José María Ponce resaltan una peculiaridad del tramo en el que se pondrá en marcha la carrera. "Ahí tienes muy poco que ganar y mucho que perder", explica el piloto conejero, máxima que justifica el grancanario. "Es atractivo para el espectáculo, pero puede provocar muchísimos inconvenientes para los pilotos. Hay que controlar el ardor en el salto para evitar daños en el coche", aconseja.

La Cumbre, decisiva

Junto a la Era del Cardón, el tramo de Tejeda (Cueva Grande) se antoja decisivo en la carrera. Con 23,42 kilómetros -el segundo de más longitud-, sus curvas y sus cruces reúnen a miles de aficionados en busca de las mejores trazadas.

Para José María Ponce, en Cueva Grande es esencial "mantener el ritmo" de carrera. "Arranca con una subida muy fuerte para luego afrontar la bajada de Roque Nublo, sector donde el estado de los neumáticos y de los frenos será fundamental", cuenta el experimentado piloto, que rememora de ese tramo -entre risas- una anécdota, que tuvo lugar hace 34 años, con su esposa como protagonista. "Pilotaba un Mazda 323 y en una apurada de frenada, en una paella, me salí de la carretera y acabamos en un camino de tierra. A mi mujer, que iba de copiloto, el casco le quedaba suelto y, con tanto movimiento y tanto golpe, se le cayó por la cara y ella pensó que había perdido la vista".